SAP. Síndrome de Alienación Parental
Algunos de nosotros recordamos nuestra infancia como uno de los momentos más hermosos de nuestra vida, una etapa en la cual nuestra mayor preocupación era no fallar en las notas y en ocasiones jugar en la calle y que nos dejaran el mayor tiempo posible, jugando. Y el divorcio, era platica de adultos.
Hoy en día la tasa de divorcios ha aumentado de manera preocupante, pero
no sólo eso, ahora los menores se han convertido en uno de los principales
instrumentos que lesionan a uno de los cónyuges por su mala conducta como
pareja.
No debe soslayarse, que existen progenitores que solamente les fue
conferida la función reproductiva y nada más. Pues les es reprochable la falta
de atención en sus funciones paternales de proporcionar amor, crianza y tiempo
a favor de sus hijos, pero esa es otra historia.
Ahora bien, es lamentable que hoy en día las ciencias de la
salud mental, en específico la OMS (Organización Mundial de la Salud), no
considere el Síndrome Alienación Parental como parte de los síndromes
psicológicos que puedan afectar el desarrollo integral de un menor.
Más lamentable es, que existan padres o madres que no se percaten que el
daño mayor no se lo lleva el padre o la madre al que se le pone en contra el
menor; es al menor en quien recae el mayor daño debido a la manipulación de la
que es objeto, pues es un niño que algún día será adolescente y después un
adulto; si, pero será un adulto resentido con una de las personas que le dio la
oportunidad de existencia, logrando con ello que el joven en formación vea su
existencia como no deseada ni importante por quien le dio con su activa
participación, la vida.
Aunado a que generalmente a que el padre manipulador no tiene la mínima
idea de que con su actuar, está fabricando un arma de doble cañón, obteniendo
así, que un doble disparo: un menor con manifestaciones de maltrato infantil de tipo
emocional y moral, maltrato es equiparable al delito de violencia familiar que
tiene como consecuencia la pérdida de patria potestad.
Aunado a que el tan trillado… “entonces, no vas a ver a mi hijo y hazle
como quieras”… se debe decir que esta decisión no le corresponde a ninguno de
los padres sino es un derecho humano del menor y aunque a este menor
no se le paguen las obligaciones de alimentos.
De lo anterior, viene a mi mente la siguiente reflexión…
Desde la infancia, tengo la creencia que los hijos son lo más hermoso
que le puede suceder a un ser humano, entonces si elegiste a determinada
persona para que fuera coparticipe de la consecuencia más hermosa de tu
vida, no es entendible ni congruente que a tu
propio hijo que se supone es lo más hermoso que tienes, le digas que
la otra mitad responsable de su existencia lo desprecia y no le es importante,
para conseguir una pensión alimenticia o porque simplemente le prometiste en tu
coraje que se iba a arrepentir y luego quieras que sea un ciudadano de
bien y un hijo bueno, si a tu hijo le llenas de basura.. Adivina qué resultado
obtendrás como padre o madre.
Muchas veces en la consulta me preguntan, entonces le miento a mi hijo,
y mi respuesta es: los niños son adultos pequeños son sumamente prácticos,
quienes requerimos respuestas somos los adultos, la relación entre papá e hijo
o entre hijo y mamá sólo es de cada línea, y el hijo sólo el hijo determinará
la calificación respecto a su padre o respecto a su madre; lo único
que puede calificar usted es si fue esa persona buen o mal esposo o esposa.
Por lo tanto, si quiere que su hijo sea feliz no manipule sus
sentimientos respecto al otro progenitor, de por si la vida le dará los
respectivos golpes que le corresponden, para que usted por su excesivo amor y
afán de cuidado le ayude haciéndolo que se considere un error para alguien que le dio la vida.
Hasta pronto...
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